Las organizaciones feministas que trabajan sobre el terreno se movilizan por los 16 Días de activismo: «¿Qué pasa después?»

Los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género se celebraron del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2024, como cada año. Las organizaciones feministas que actúan sobre el terreno y juegan un papel indispensable en la lucha contra la violencia de género se movilizaron en esta cita mundial. Sin embargo, tras estos 16 días de concienciación, reivindicaciones y defensa de derechos, nos surgen dudas: ¿Qué pasa cuando se apagan los proyectores? Y ¿cómo podemos conseguir que nuestras acciones tengan un impacto sostenible en el tiempo?

El importante papel de las organizaciones feministas que trabajan sobre el terreno durante los 16 Días de activismo

Las organizaciones feministas que actúan sobre el terreno son las «agentes de proximidad» que, durante todo el año, trabajan para eliminar la violencia de género en sus países y comunidades. Su movilización durante los 16 Días de activismo es fundamental para concienciar, educar y ofrecer apoyo a las víctimas. Adoptan acciones esenciales desde diversos frentes para mantener la presión y crear espacios de diálogo sobre la violencia de género:

Apoyo a las víctimas: Acceso a consultas jurídicas gratuitas, acompañamiento psicológico y asesoramiento en procesos administrativos y judiciales.

Concienciación en la comunidad: Talleres, conferencias, sesiones de cine y eventos públicos para informar sobre las consecuencias de la violencia de género y los recursos para protegerse.

Acciones de defensa de derechos: Manifestaciones, movilizaciones mediáticas y compromisos con las autoridades locales para exigir políticas más ambiciosas y más apoyo a las víctimas.

«Y después, ¿qué?»: La imperiosa necesidad de una voluntad política firme

Los 16 Días de activismo son una buena ocasión para movilizar a la opinión pública, pero ¿qué acciones específicas se adoptan realmente tras estos eventos?  La movilización no sirve de nada si no se acompaña de una firme voluntad política y de medidas concretas para proteger a las mujeres y luchar contra la violencia sexista.

Las organizaciones feministas, a pesar de ser las primeras en generar cambios sobre el terreno, se enfrentan a una carencia crónica de apoyo institucional. Los 16 Días de activismo no pueden quedarse en una movilización puntual, sino que deben ser el punto de partida de una acción duradera para dar respuesta a los retos relacionados con la violencia sexista y sexual, que debe incluir lo siguiente:

  1. Un marco de rendición de cuentas claro: Deben implementarse mecanismos de seguimiento y de evaluación para medir los progresos e identificar deficiencias. De esta forma, se garantizará que las acciones adoptadas contra la violencia sean efectivas.
  2. Refuerzo de la legislación: Muchos países han adoptado leyes en contra de la violencia sexista, pero no las aplican con la frecuencia que deberían. Los gobiernos deben garantizar la eficacia de las leyes existentes e implementar nuevas legislaciones para proteger mejor a las víctimas.
  3. Creación de dispositivos de acogida permanentes para las víctimas: Los centros de acogida, las líneas telefónicas de ayuda y los centro de atención deberían estar disponibles y recibir financiación todo el año.
  4. Formación de los agentes institucionales: El personal de las fuerzas del orden, del sistema judicial y de los servicios sociales deben recibir formaciones con asiduidad sobre atención a las víctimas de violencia de género.
  5. Financiación a largo plazo para las asociaciones feministas: Las organizaciones feministas que trabajan sobre el terreno intervienen en todos los niveles de la sociedad para concienciar, educar y acompañar a las víctimas y, para ello, necesitan financiación a largo plazo. Para alcanzar sus objetivos durante el año, dependen del respaldo de subvenciones tanto públicas como privadas.

Movilización y sostenibilidad del compromiso: el reto de garantizar su continuidad a largo plazo

Los 16 Días de activismo son un buen momento para dar relevancia a la lucha contra la violencia de género, pero esta movilización no debe limitarse únicamente a este período simbólico.  No se producirá un cambio real hasta que los gobiernos e instituciones demuestren una voluntad política firme de apoyar a las víctimas, reforzar los mecanismos de protección y garantizar que las acciones llevadas a cabo por las organizaciones feministas que actúan sobre el terreno sean eficaces y sostenibles a largo plazo. Sin embargo, algunos gobiernos conservadores o autoridades quieren restringir deliberadamente la libertad de expresión y las iniciativas activistas. De hecho, algunas activistas están ahora mismo en prisión, y muchas asociaciones activistas, que dependen del trabajo de donantes, siguen asumiendo riesgos.

Las asociaciones feministas y la ciudadanía continúan presionando, concienciando y comprometiéndose día a día. La lucha contra la violencia a la mujer no acaba tras los 16 Días de activismo, más bien al contrario.