En Honduras, la plataforma Nosotras Lideramos reúne a 14 organizaciones en defensa de los derechos humanos. El objetivo de la plataforma es mejorar el acceso de las jóvenes a los derechos sexuales y reproductivos mediante la implementación de estrategias de concienciación en todo el país. Esta plataforma también ha ayudado a crear y poner en marcha una campaña nacional sobre la educación integral en sexualidad.
Hemos hecho algunas preguntas a Ligia Destephen, coordinadora nacional de Nosotras Lideramos y Andrea Rosales, técnica de proyecto Feministas en Acción.
¿Qué es la «educación integral en sexualidad»?
La educación integral en sexualidad es un proceso educativo que enseña a niños, niñas y adolescentes los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad. Se aborda de manera progresiva, con información científica como base, y se adapta a cada edad y etapa de desarrollo.
¿Por qué el concepto «educación integral en sexualidad» es tan importante?
La educación integral en sexualidad es esencial para garantizar que los niños, niñas y adolescentes dispongan de las herramientas necesarias para desarrollarse plenamente en la sociedad. Cuando abordamos la cuestión de la salud sexual y reproductiva en toda su magnitud, estamos aportando a los niños, niñas y adolescentes la información necesaria para poder tomar decisiones sanas, responsables y fundadas que tendrán un impacto en su vida.
Asimismo, la educación sexual y reproductiva enseña a los alumnos y alumnas a evitar las infecciones de transmisión sexual, a saber a quién acudir en caso de violencia sexual, a expresar sus sentimientos para establecer relaciones sanas y a rechazar cualquier tipo de discriminación.
¿Qué promueve la Ley de Educación Integral de Prevención al Embarazo Adolescente aprobada en el Congreso Nacional de Honduras en marzo de 2023?
Esta ley se aplicará a todos los niveles del sistema y, básicamente, aboga por el fomento y la enseñanza de la educación integral para prevenir el embarazo adolescente desde una perspectiva basada en los derechos. También hace hincapié en la importancia de promover la participación adolescente en las estrategias que se pongan en marcha.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Honduras es el segundo país de Latinoamérica con el porcentaje de embarazo adolescente más elevado. Ante esta situación, los diversos agentes deben responder de manera coordinada para que las adolescentes aprendan a prevenir el embarazo no deseado y para asegurar su acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales en el futuro.
¿Crees que esta ley es suficiente?
No podemos negar que esta ley es un gran paso para Honduras y, el hecho de que haya sido aprobada, una gran suerte. Sin embargo, para que el Congreso Nacional pudiera aprobar esta ley, se ha tenido que modificar su nombre de «Ley de Educación Integral en Sexualidad» a «Ley de Educación Integral de Prevención al Embarazo Adolescente», lo que demuestra los prejuicios de las autoridades y de las personas en puestos de responsabilidad del país. De todas formas, a pesar de este cambio de nombre, es cierto que la ley recoge los elementos generales básicos de la educación integral en sexualidad.
Andrea Rosales, técnica de proyecto Feministas en Acción
El momento decisivo será la publicación de los reglamentos; será entonces cuando podamos garantizar que la ley es lo suficientemente completa como para responder a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes del país. Cuando esto suceda, será nuestro deber supervisar los reglamentos y las directrices educativas que se pondrán en marcha para garantizar que su redacción es igualitaria y no discriminatoria.
Ahora que ya se ha aprobado la ley, ¿cómo vais a garantizar que se implante de forma efectiva? ¿Cuál es vuestra función en su implantación?
Como sociedad civil, seguimos de cerca la evolución de la ley para saber cuándo será publicada en el Boletín Oficial. En cuanto se publique, será necesario un periodo de dos meses para elaborar los reglamentos. Por lo tanto, hasta que no se publique, no se aplicará en los distintos niveles educativos del país. En la actualidad, trabajamos en equipo para crear un entorno propicio para la ley a través de la comunicación, la concienciación y el fomento.
Es crucial que la sociedad civil controle la aplicación de esta ley y que tanto el gobierno como las escuelas y los padres colaboren para que establecer acciones concretas que generen un impacto positivo en la vida de los alumnos, alumnas y de la sociedad hondureña en general. Si no colaboramos, la ley quedará en papel mojado.