En la actualidad, las ayudas públicas destinadas a cuestiones de igualdad de género son insuficientes y volátiles. Con ellas, las organizaciones que se encuentran sobre el terreno no pueden salir adelante. Si permitimos que gasten todas sus fuerzas buscando financiación, no podrán construir un mundo más justo e igualitario. Para lograr un cambio estructural real, debemos financiar directamente a las organizaciones feministas y en defensa de los derechos de la mujer, siempre teniendo en cuenta sus necesidades.
Foto de Tineke D’haese, Oxfam-Belgique
¿Qué conclusiones sacamos?
En 2021, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de la Unión Europea superó los 70 mil millones de euros (es decir, el 0,49 % del producto nacional bruto de los 27 Estados Miembros). La UE se encuentra en la primera posición de donantes en todo el mundo y representa el 43 % de la AOD mundial.
Está claro que la Unión Europea tiene una gran influencia. Sin embargo, las organizaciones en defensa de los derechos de la mujer no reciben suficientes ayudas. En 2019 y 2020, tan solo se les asignó el 0,5 % de la ayuda que las instituciones europeas dedican a la igualdad de género.
Según una evaluación de la Comisión Europea de 2020, habría que contemplar métodos de financiación inclusivos y feministas, como la creación de colaboraciones equitativas con organizaciones locales con poder de decisión real. Para poder conseguirlo, las organizaciones deberían recibir una financiación directa adaptada a sus necesidades.
Un estudio llevado a cabo por AWID muestra que tan solo el 50 % de las organizaciones en defensa de los derechos de la mujer tienen acceso a financiación básica o cuentan con financiación garantizada para el año siguiente. Asegurar ayudas plurianuales y flexibles les garantiza un mayor margen de maniobra para llevar a cabo iniciativas sobre el terreno.
Las organizaciones feministas son los agentes más eficaces para promover y defender los derechos de la mujer y del colectivo LGBTQ+. Sus ayudas deberían ser como ellas: diversas, trascendentales e innovadoras.
¿Por qué queremos un fondo de ayuda Europea?
En la última década, seis países europeos han declarado que tienen una política exterior «feminista». Fue Suiza quien allanó el camino; después se unió Luxemburgo y Francia, seguidos de España y Alemania y, hace muy poco, se unieron a la lista los Países Bajos. Todos ellos se han comprometido y han convertido la igualdad de género en un aspecto prioritario de su política exterior. Ahora deben hacerse oír en las instituciones europeas y convertirse en abanderados de la creación de una política extranjera europea ambiciosa en este tema. Naturalmente, este proyecto debería consolidarse con la creación de fondos de ayuda para las organizaciones feministas.
💡 Ya existen fondos que favorecen la financiación directa. El Fondo de Ayuda a las Organizaciones Feministas creado por el Gobierno francés en 2019 es un gran ejemplo que puede reproducirse a escala europea. |
Un fondo como este podría ser una medida eficaz para favorecer los cambios estructurales que necesitamos para conseguir una igualdad de género real y contrarrestar el auge de los movimientos conservadores.
«La UE está cada vez más dividida, paralizada y polarizada en temas de igualdad de género, ya que algunos países, como Hungría y Polonia, son cada vez más resistentes y retrógrados en lo que se refiere a derechos de las mujeres, niñas y minorías de género», Extracto del artículo de opinión de Coordination Sud, «Luchemos para que se establezca una política exterior feminista real en Europa y en todos sus Estados Miembros».
Algunos estudios recientes demuestran que esta tendencia atrae grandes flujos de financiación: se han destinado cientos de millones de euros a un ecosistema de agentes conservadores y antiderechos para evitar cualquier tipo de avance progresista. ¡Esto demuestra que hay ayudas financieras! Sin embargo, su asignación es un problema que la Unión Europea tiene que resolver con urgencia.
Haz clic en este enlace para leer más sobre los compromisos europeos:
La Unión Europea ha elaborado tres estrategias con el objetivo de integrar la igualdad de género en todas sus políticas. La Estrategia Europea para la Igualdad de Género (2020-2025) incluye objetivos como la eliminación de la violencia y de los estereotipos sexistas y un aumento de la representación en los procesos de decisión. El Plan de Acción en materia de Género III (GAP III), presentado en 2020 y adoptado por la mayoría de los Estados Miembros, hace hincapié en la igualdad de género como requisito previo para prevenir y solucionar conflictos. Por último, el Plan de Acción de la UE sobre las Mujeres, la Paz y la Seguridad (2019-2024) tiene como objetivo aplicar el enfoque «Mujeres, Paz y Seguridad» desde una perspectiva integral.