En Turquía, la asociación Association for Struggle Against Sexual Violence(Asociación de Lucha contra la Violencia Sexual, CSMD) lucha desde hace más de 10 años contra la violencia de género. Una tarea difícil de llevar a cabo en un contexto social y político dañino. Hace poco, el país dio un paso atrás en la protección de las mujeres y víctimas.
LA RETIRADA DEL PAIS DEL CONVENIO DE ESTAMBUL
A través de un decreto promulgado en marzo de 2021, el presidente turco anunció la retirada de Turquía del Convenio de Estambul. Las asociaciones feministas, entre ellas CSMD, y la sociedad civil se movilizaron y acudieron al Consejo de Estado para que anularan la decisión. Tras varios meses de movilizaciones y manifestaciones, el Consejo emitió su dictamen: se anunciaba de manera oficial la retirada de Turquía del primer tratado internacional que establece normas jurídicamente vinculantes para prevenir la violencia contra la mujer.
Esta retirada sostiene un mensaje con mucha carga simbólica, pues el Convenio se firmó hace 10 años en Estambul y dota a los países firmantes de un instrumento jurídico vinculante. El Gobierno turco ha justificado su decisión de abandonar el tratado al acusarlo de fomentar la homosexualidad y «amenazar la estructura familiar tradicional», alegando que el texto era una de las causas del incremento de divorcios en el país.
Las conclusiones de las asociaciones son totalmente diferentes. La violencia de género aumenta sin control. Entre 2020 y 2022, la cifra de feminicidios ha aumentado un 23 %. Cada día, en Turquía, una mujer muere asesinada a manos de un hombre.
«Nos ha tocado volver a luchar por nuestros derechos más fundamentales. El clima político en Turquía se ha endurecido, sobre todo con la llegada de las elecciones. Gracias a la solidaridad y la lucha organizada, podemos resistir ante todos estos obstáculos», testimonio de una miembra de la asociación CSMD.
El Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica (Convenio de Estambul) es un tratado internacional firmado por 36 países. Este convenio que establece un marco legal e institucional para luchar contra la violencia sexista y sexual obliga a los gobiernos a adoptar leyes contra la violencia doméstica, la violación marital y la mutilación genital femenina. Es el primer instrumento jurídico vinculante paneuropeo, y ofrece un marco jurídico completo para prevenir la violencia, proteger a las víctimas y poner fin a la impunidad de los autores de violencia. |
UN CONTEXTO SOCIOPOLITICO HOSTIL PARA LAS ORGANIZACIONES
Tras esta decisión, el Gobierno turco sigue ejerciendo una gran presión sobre las organizaciones de la sociedad civil. Incluso se ha iniciado un proceso contra las asociaciones que defienden los derechos de la mujer por impedirles llevar a cabo sus acciones.
«Algunas asociaciones feministas, como CSMD, han sido el blanco de los medios de comunicación financiados por el Gobierno por recibir financiación extranjera, e infinidad de mujeres han sido detenidas y sometidas a violencia policial de una brutalidad impresionante. Durante el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre, al menos 216 mujeres fueron agredidas y arrestadas en Estambul. Y en el evento organizado en Kadıköy el 27 de noviembre, 118 mujeres fueron agredidas y arrestadas», testimonio de una miembra de la asociación CSMD.
SEGUIR ACOMPAÑANDO A LAS VICTIMAS DE VIOLENCIA
Frente a este entorno pernicioso, el CSMD resiste y prosigue con su labor de apoyo y acompañamiento a las víctimas de violencia sexual. Ante el creciente número de casos, la asociación aumenta sus esfuerzos e invierte también en el entorno digital, proponiendo una interfaz que permite a las víctimas encontrar la información inicial que necesitan para recibir acompañamiento y combatir la desinformación. La asociación ha creado una página web donde se muestran los servicios que pueden necesitar las víctimas para denunciar actos de violencia. Esta web también ofrece consejos y recursos que pueden ayudar a comenzar el proceso de recuperación.
El apoyo de Feministas en Acción ha permitido a la asociación hacer accesible el contenido de este sitio a las personas con discapacidad, así como traducirlo al árabe y al kurdo.
«Como parte de nuestros esfuerzos de activismo digital, hemos hecho accesible nuestro contenido digital a las personas con discapacidad gracias al subtitulado de vídeos, la traducción en lengua de signos, la descripción, la redacción de contenido fácil de leer para las personas con discapacidad mental y otras acciones similares», testimonio de una miembra de la asociación CSMD.
Es aún más importante fomentar el trabajo de las organizaciones sobre el terreno cuando luchan a contracorriente para ayudar a las víctimas de violencia. Si quieres saber más sobre el apoyo que Feministas en Acción brinda a las asociaciones que luchan sobre el terreno, ¡haz clic aquí!