TRIBUNA: APOYEMOS A LAS ORGANIZACIONES FEMINISTAS AFRICANAS

La lucha para reivindicar los derechos de la mujer se estanca, e incluso pierde terreno en algunos países. Cada día nos colocamos en primera línea para ver cómo se violan los derechos humanos más básicos: las mujeres víctimas de violencia no reciben ayuda y sus agresores salen impunes, las niñas no pueden estudiar porque deben encargarse de las tareas del hogar, no se reconoce el trabajo de la mujer y se le niega el acceso a medios de producción y tierras. Todos estos países tienen algo en común: un patriarcado preparado para controlar el cuerpo y la vida de la mujer. Esta dominación masculina se refleja en las políticas públicas, en las leyes y en las normas sociales que ejercen todo tipo de discriminación y violencia contra ellas.

Foto de la delegación de activistas feministas africanas ante la Asamblea Nacional de París © Juliette Dupuis Carle
La delegación de activistas feministas africanas ante la Asamblea Nacional © Juliette Dupuis Carle

La comunidad internacional se ha fijado como objetivo lograr la igualdad de género para 2030, pero los avances son muy lentos. Estos últimos años hemos podido corroborar que, en época de crisis, los derechos de la mujer aún son muy vulnerables. La pandemia de la COVID, y la crisis económica que la ha seguido, ha afectado especialmente a las mujeres y ha agravado las desigualdades socioeconómicas que ya existían. Al mismo tiempo, el bando conservador y populista antifeminista ha cogido fuerza.

LAS FEMINISTAS, AHORA MÁS DEMONIZADAS

Las ONG, los fondos y las organizaciones locales, todas feministas, luchamos juntas sin descanso y trabajamos sobre el terreno para acompañar a las mujeres y concienciar a las comunidades. Sin embargo, las organizaciones feministas locales no disponen de recursos suficientes para luchar; son las grandes olvidadas de las subvenciones, pues perciben menos del 0,1 % de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). A menudo, las pequeñas sedes que se encuentran en esos países no pueden acceder a estas ayudas por disputas con organizaciones más grandes o exigencias administrativas y financieras fuera de su alcance, entre otros problemas. Hoy en día, en muchos países, las organizaciones feministas sobreviven gracias a mujeres comprometidas, la mayoría voluntarias, que sacrifican su vida por la causa. Estamos a tiempo de evitar que esto siga pasando si los organismos internacionales se adaptan a la realidad de estas mujeres y las ayudan a fortalecerse y crecer, porque sin ellas no habrá progreso. La financiación de organizaciones feministas es una de las mejores inversiones para promover los derechos de la mujer y luchar contra las presiones sociales y culturales.

Las feministas están cada vez más demonizadas en la mayoría de los países en los que trabajamos y corren peligro. Todos los días las presionan, las amenazan y las acusan de llevar a cabo programas occidentales y de intentar «pervertir» nuestras sociedades. Pero no tienen razón, pues los derechos de las mujeres y niñas nos atañen a todos y el patriarcado debe ser abolido en todo el mundo.

FONDOS A MEDIDA, PLURIANUALES Y FLEXIBLES

Nuestra petición es simple: ¡reforcemos y apoyemos a las organizaciones feministas!

Francia reivindica una «diplomacia feminista». El país ha llevado a cabo últimamente varias iniciativas que demuestran su compromiso, como la presentación de un fondo de ayuda para organizaciones feministas del que Feministas en Acción es socio directo. Centenas de organizaciones reciben apoyo gracias a estos fondos, pero necesitamos llegar más lejos. Francia puede dar ejemplo apoyando el movimiento feminista en los países del sur. Debemos aumentar y defender estas iniciativas positivas, así como adaptar las ayudas a la realidad de las organizaciones feministas. Necesitamos fondos a medida, plurianuales y flexibles que nos permitan tanto subvencionar proyectos concretos como fortalecer la organización de las instituciones.

Reclamamos más ayudas para pagar sueldos, alquileres y material, pero también para llevar a cabo acciones colectivas de más envergadura, porque unidas somos más fuertes. Pedimos también recursos para proteger y mantener seguras a las activistas feministas. Nos impulsa nuestra lucha, pero no a expensas de nuestra salud mental o nuestra vida. Ante cualquier amenaza, las activistas deben tener un lugar en el que sentirse seguras y recibir ayuda, sobre todo si necesitan apoyo legal o económico.

Pero apoyar a las organizaciones no es suficiente. También hay que destinar recursos a los sectores clave para reducir las desigualdades de género y promover los derechos de la mujer. En los países pobres aún hay mucho que hacer, especialmente en las zonas rurales. No contamos con suficiente apoyo para lograr que las niñas accedan a una educación estable ni a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, para que las víctimas de violencia reciban ayudas, las mujeres puedan ser independientes económicamente y tengan la oportunidad de formarse y acceder a información ni para lograr que tengan derecho a la tierra. No pasa ni un solo día sin que interpelemos a nuestros gobiernos. Los países más ricos tienen un papel crucial que desempeñar mediante la financiación de la solidaridad internacional.

Nuestra organización seguirá luchando para que las mujeres no sean excluidas y tengan más representación en las esferas del poder. Las decisiones y las políticas deben dejar de ser elaboradas sin contar con las primeras afectadas: las mujeres.

Somos Feministas en Acción, ¡apóyanos!

Tribuna publicada en el periódico Libération el 11 de marzo de 2023

Firmantes: Najet Araari, Association des Femmes Tunisiennes pour la Recherche sur le Développement (Asociación de Mujeres Tunecinas para la Investigación del Desarrollo – Tunez), Rolande Absayah, Association au secours des filles mères (Asociación para la Protección de las Madres Solteras – Camerún), Massan d’Almeida, XOESE Fonds pour les femmes francophones (Fondo para las Mujeres Francófonas – Togo), Fawzia Baba-Aissa, Fonds pour les femmes en Méditerranée (Fondo para las Mujeres en el Mediterráneo), Emanuela Croce et Alexandre Morel, CARE (Francia), Cécile Duflot, Oxfam (Francia), Aurélie Gal-Régniez, Equipop (Francia), Wendyam Micheline Kaboré, Initiative Pananetugri pour le bien-être de la femme, IPBF (Iniciativa Pananetugri para el Bienestar de la Mujer – Burkina Faso), Totine Kolani, Initiative féminine pour le développement (Iniciativa de las Mujeres para el Desarrollo – Togo), Adeline Negob, Association pour l’épanouissement de la femme (Asociación para el Desarrollo de la Mujer – Chad), Dieynaba N’diom, Initiative pour la santé de la reproduction (Iniciativa de Salud Reproductiva – Mauritania), Marie-Paule Okri, Ligue Ivoirienne Des Droits Des Femmes (Liga Marfileña en favor de los Derechos de la Mujer – Costa de Marfil), Mamounata Ki Ouédraogo, Réseau pour la promotion et l’autonomisation de la femme rurale (Red para la Promoción y Capacitación de la Mujer – Burkina Faso).